En una sesión típica de Yoga Nidra, el practicante se acuesta en una posición cómoda y se guía a través de una serie de instrucciones verbales.
Estas instrucciones están diseñadas para llevar la atención del individuo a diferentes partes del cuerpo, estimulando la relajación muscular progresiva.
A medida que el cuerpo se relaja, la mente se sumerge en un estado de conciencia alterada, similar al momento justo antes de quedarse dormido.
Lo distintivo del Yoga Nidra es que el practicante permanece consciente y alerta a pesar de estar en un estado de relajación profunda.
A lo largo de la sesión, se fomenta la conexión entre la conciencia y el subconsciente, permitiendo explorar y liberar patrones de pensamiento arraigados, tensiones emocionales y promoviendo la autoindagación.
Durante esta práctica, se busca alcanzar un estado de «sueño psíquico» donde la mente descansa, pero la atención permanece aguda.
Este estado ofrece un espacio para el descanso profundo y la regeneración, y se ha asociado con beneficios tales como la reducción del estrés, mejora del sueño, aumento de la claridad mental y un mayor sentido de bienestar emocional.
En resumen, el Yoga Nidra es una herramienta poderosa para el equilibrio mental y emocional. Proporciona un tiempo invaluable de relajación consciente, permitiendo que la mente y el cuerpo se recuperen y renueven en un estado de serenidad, facilitando así un camino hacia un mayor autoconocimiento y bienestar.